CAPITULO 1
Vida Rutinaria
Una mañana normal e igual a todas en mi rutinaria vida, despierto a las 6:00 a.m. plancho mi traje de trabajo, tomo mi café, cojo el diario veo un poco las noticias y curiosamente ese día no las vi, solo prendí el televisor escuché algo de un experimento que se desarrollaba cerca de cerca de Great hills; mi ciudad natal; pero escuché la cafetera lista y apague el televisor. Salí a la calle a coger el periódico y saludé a la señora Resnov; cómo todas las mañanas ella riega las plantas de su jardín coincido con ella.
Desayuné un par de huevos y mi agradable café para así irme al edificio de contadurías donde trabajo como contador, tenía un poco de tiempo de sobra a pesar de que el edificio está en el centro de la ciudad, así decidí pasar por mi amigo y compañero de oficina Carl James; quien vive en un departamento cerca de mi fraccionamiento.
Un día totalmente atareado lleno de cuentas y papeleo pendientes ya hace tiempo no tuve siquiera oportunidad de salir a comer pues el día de entrega estaba muy cerca.
Entonces me puse cómodo prendí mi reproductor y empecé a escuchar un poco de Sinatra; que recientemente Carl me la había dado a conocer y me prestó el CD; ya relajado empecé a trabajar las horas pasaron lentas y tediosas, tanto papeleo casi me llevaba a la demencia. Ya por la noche termine, iba saliendo de mi oficina un poco apresurado por llegar a casa y descansar un poco, apenas saliendo del edificio mi celular sonó y conteste:
-¿Bueno?
-¡Hola! John amigo; soy yo, Carl, te la pasaste todo el día en la oficina, lo sé, lo sé, estabas muy ocupado ven al Bar acá el de Bad N´ Raw cerca del centro por donde el parque. ¿Vienes?
-Ok, allá estaré, pero solo unas copas –Respondí un poco cansado-.
-Vaya, así me gusta escucharte, está bien te espero –dijo Carl entusiasmado-.
Colgué y me dirigí hacia aquel Bar, llegando me encontré a Carl esperándome fuera mientras fumaba un cigarrillo; vicio que siempre lo ha acompañado desde que le conozco; entramos y nos tomamos unos tragos mientras hablamos de la oficina y como todo se estaba yendo cada vez mejor, fantaseando con tener grandes y hermosas casas y un par de bellas mujeres como esposas y riéndonos como un par de adolescentes; Siendo el mi mejor amigo desde ya hace varios años.
Llegó la madrugada y decidimos irnos del Bar, le lleve a su casa y le di las gracias y hasta mañana.
Llegué a casa cansado pero feliz de no haber hecho de ese día tan aburrido, fui a la cocina y cené un sándwich, me duche, me fui a la cama a dormir para despertar a un nuevo y mejor día.
En la mañana me preparé para ir a trabajar salí a la calle a por mi coche y salude a la señora Resnov:
-Buenos días señora – dije en voz alta mientras alzaba mi brazo en seña de saludo-.
-Buenos días muchacho –respondió la vieja señora con una sonrisa en el rostro-.
Tomé el coche y conducía hacia el centro de la ciudad donde el edificio en cual trabajo, encontré a Patricia; compañera de oficina; me detuve toqué la bocina y le dije que subiera, ella se aproximó un poco apenada me saludó y subió al auto.
-Hola Paty, no sabía que vives por estos rumbos, que sorpresa –le comenté para que de alguna forma romper un poco la tensión que había; pues no le hablaba mucho-.
-Sí, vivo dos cuadras más de la veterinaria –contesto mientras veía hacia afuera.
No hablamos más, pues no se me ocurrió nada más para conversar, menos mal que estábamos cerca del edificio. Llegamos, ella me dio las gracias y nos separamos, subí al quinto piso donde mi oficina y me puse a cargo de mis deberes.
Y me topé a Carl en el elevador:
-¡¿Qué pasa amigo?! Buenos días –me saludó Carl-.
-Buenos días Carl, ¿Cómo estás?
-Muy bien gracias, estuvieron muy buenos los tragos de anoche, deberíamos hacerlo un poco más seguido pero claro con unas chicas pues nos vemos un poco “gays” –dijo mí compañero riendo un poco-.
-Está bien pero luego nos ponemos de acuerdo –dije apresurado; mi piso ya se aproximaba-.
-¡Está bien te veo a las 3:00 p.m. para la hora de la comida! –dijo Carl mientras yo me iba hacia la oficina.
-Me parece perfecto –contesté-.
Entré a la oficina y me ocupe de mis deberes.