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martes, 21 de agosto de 2012

CAPITULO 1 Vida Rutinaria

CAPITULO 1
Vida Rutinaria

Una mañana normal e igual a todas en mi rutinaria vida, despierto a las 6:00 a.m. plancho mi traje de trabajo, tomo mi café,  cojo el diario veo un poco las noticias y curiosamente ese día no las vi, solo prendí el televisor escuché algo de un experimento que se desarrollaba cerca de cerca de Great hills; mi ciudad natal; pero escuché la cafetera lista y apague el televisor. Salí a la calle a coger el periódico y saludé a la señora Resnov; cómo todas las mañanas ella riega las plantas de su jardín coincido con ella.
Desayuné un par de huevos y mi agradable café  para así irme al edificio de contadurías donde trabajo como contador, tenía un poco de tiempo de sobra a pesar de que el edificio está en el centro de la  ciudad, así decidí pasar por mi amigo y compañero de oficina Carl James; quien vive en un departamento cerca de mi fraccionamiento.
Un día totalmente atareado lleno de cuentas y papeleo pendientes ya hace tiempo no tuve siquiera oportunidad de salir a comer pues el día de entrega estaba muy cerca.
Entonces me puse cómodo prendí mi reproductor y empecé a escuchar un poco de Sinatra; que recientemente Carl me la había dado a conocer y me prestó el CD; ya relajado empecé a trabajar las horas pasaron lentas y tediosas, tanto papeleo casi me llevaba a la demencia. Ya por la noche termine, iba saliendo de mi oficina un poco apresurado por llegar a casa y descansar un poco, apenas saliendo del edificio mi celular sonó y conteste:


-¿Bueno?
-¡Hola! John amigo; soy yo, Carl, te la pasaste todo el día en la oficina, lo sé, lo sé, estabas muy ocupado ven al Bar acá el de  Bad N´ Raw cerca del centro por donde el parque. ¿Vienes?
-Ok, allá estaré, pero solo unas copas –Respondí un poco cansado-.
-Vaya, así me gusta escucharte, está bien te espero –dijo Carl entusiasmado-.


Colgué y me dirigí hacia aquel Bar, llegando me encontré a Carl esperándome fuera mientras fumaba un cigarrillo; vicio que siempre lo ha acompañado desde que le conozco; entramos y nos tomamos unos tragos mientras hablamos de la oficina y como todo se estaba yendo cada vez mejor, fantaseando con tener grandes y hermosas casas y un par de bellas mujeres como esposas y riéndonos como un par de adolescentes; Siendo el mi mejor amigo desde ya hace varios años.
Llegó la madrugada y decidimos irnos del Bar, le lleve a su casa y le di las gracias y hasta mañana.
Llegué a casa cansado pero feliz de no haber hecho de ese día tan aburrido, fui a la cocina y cené un sándwich, me duche, me fui a la cama a dormir para despertar a un nuevo y mejor día.
En la mañana me preparé para ir a trabajar salí a la calle a por mi coche y salude a la señora Resnov:


-Buenos días señora – dije en voz alta mientras alzaba mi brazo en seña de saludo-.
-Buenos días muchacho –respondió la vieja señora con una sonrisa en el rostro-.


Tomé el coche y conducía hacia el centro de la ciudad donde el edificio en cual trabajo, encontré a Patricia; compañera de oficina; me detuve toqué la bocina y le dije que subiera, ella se aproximó un poco apenada me saludó y subió al auto.
-Hola Paty, no sabía que vives por estos rumbos, que sorpresa –le comenté para que de alguna forma romper un poco la tensión que había; pues no le hablaba mucho-.
-Sí, vivo dos cuadras más de la veterinaria –contesto mientras veía hacia afuera.
No hablamos más, pues no se me ocurrió nada más para conversar, menos mal que estábamos cerca del edificio. Llegamos, ella me dio las gracias y nos separamos, subí al quinto piso donde mi oficina y me puse a cargo de mis deberes.
Y me topé a Carl en el elevador:


-¡¿Qué pasa amigo?! Buenos días –me saludó Carl-.
-Buenos días Carl, ¿Cómo estás?
-Muy bien gracias, estuvieron muy buenos los tragos de anoche, deberíamos hacerlo un poco más seguido pero claro con unas chicas pues nos vemos un poco “gays” –dijo mí compañero riendo un poco-.
 -Está bien pero luego nos ponemos de acuerdo –dije apresurado; mi piso ya se aproximaba-.
-¡Está bien te veo a las 3:00 p.m. para la hora de la comida! –dijo Carl mientras yo me iba hacia la oficina.
-Me parece perfecto –contesté-.


Entré a la oficina y me ocupe de mis deberes.

lunes, 20 de agosto de 2012

CAPITULO 2 El incidente


CAPITULO 2
El incidente


Llegó la hora de comer y fui a la oficina de Carl para irnos a comer al centro.


-Carl vamos que se nos acaba el tiempo –le llamé tocando la puerta de su oficina-.



Carl salió y nos fuimos al centro a comer unos buenos perros calientes en un pequeño puesto que está en un cruce del centro.
Nos fuimos a pie a donde el puesto, ya comiendo estábamos hablando:


-Oye John, ¿Cómo te parece Verónica? La chica de lentes del 2° piso –me preguntó Carl-.
-Está guapa, ¿Por qué?
-Hoy la invité a salir, espero y esta vez me resulte –me dijo entusiasmado-.
-Pues la verdad no sé, hablando de mujeres hoy le di un aventón a patricia del 1° piso, está guapa pero es un poco seria, intenté sacarle platica en el camino pero no me resultó, así que no le dije nada más.
-Amigo, amigo, amigo, ¡por favor! te falta un poco más de mis lecciones –dijo riendo mientras comía-.
-Luego "don mil amores", apúrate a comerte esto que se nos hace tarde –le contesté riendo-.


Nos retirábamos del puesto cuando de pronto solo escuchamos una sirena y de consiguiente un gran choque, giramos las miradas de dónde provino el estruendo del impacto; había sido una ambulancia que se impactó con un camión de pasajeros.

Carl y yo corrimos hacia donde ocurrió el accidente para tratar de ayudar a los heridos; no podía creerlo, tanta gente herida; me desconcerté,  pero Carl y yo llegamos a la escena del choque.
Nos sorprendimos de ver que la persona que iba en la ambulancia se levantó después de haber estado en el suelo un pequeño lapso de tiempo, pensamos que estaba bien, pero había algo en su mirada algo perdido, Carl se aproximó pero el sujeto corrió hacia él y le mordió en el brazo, Carl solo le respondió con un puñetazo en la cara y el sujeto cayó al suelo. Posteriormente se levanto y empezó a morder a los heridos del otro transporte, por suerte Carl se alejó de la zona. De manera muy rápida casi instantánea, llegaron policías y ambulancias. Al ver la policía que el sujeto de la ambulancia atacaba a los demás trataron de detenerle pero él se resistió y mordió a un oficial en el cuello casi desangrándose por completo, sin titubear todas las unidades en el acto le dispararon sin pensarlo.
Los para-médicos espesaron a ocuparse de la gente herida, posteriormente llegaron más unidades como si se tratase de algo más que un simple accidente. Carl se tapó su herida desdoblándose la manga para que no nos detuvieran y se nos hiciera más tarde.

domingo, 19 de agosto de 2012

CAPITULO 3 La noche de ocio clásico


CAPITULO 3
La noche de ocio clásico

Carl y yo llegamos a nuestro edificio algo nerviosos y serios por lo ocurrido, solo le mencioné que se desinfecte esa herida y que si podría que fuese a un médico el solo me contestó que estaba bien, que solo era superficial y nada serio.
Espero y sea broma pensé en ese momento. En fin llegué a mi oficina y a continuar con mis deberes. 
En ese día para mi buena suerte pude salir más temprano de lo habitual. Bajé al piso de Carl me asomé a su oficina  para ver cómo estaba, se veía bien, me despedí y me fui al elevador para ya irme a casa.


-¡John! Préstame tu coche, lo necesito- Alcancé a escuchar antes de que me alejase demasiado.
Así que me regresé y le di las llaves.


En el 2° piso en el elevador me topé con  Verónica:



-Buenas noches Verónica -Dije con voz seria, en realidad nunca le había tratado tanto.

-Buenas John, ¿cómo está Carl? lo miré algo extraño esta tarde después de que llegaron de comer -Me preguntó ella un tanto intrigada-.

-Emmm… llamó su mamá creo que su padre está un poco enfermo, está preocupado al respecto, ya vez es hijo único – ¿Un hombre loco le mordió? Quien se creería eso pensé, es mejor una pequeña mentirilla piadosa-.

-Espero y ambos estén bien- me respondió algo disgustada-.

-Ok, ya me voy, quiero ver una película en casa hoy que de suerte se me dio el tiempo, hasta mañana que tengas buen día- ¡Wao! creo que si le gusta Carl, tiene suerte el maldito, pobre, le causé una buena disgustada con esa mentirilla.


Salí de mi edificio, tomé el primer taxi que se me atravesó, pasé por donde el accidente y curiosamente, la zona estaba limpia en su totalidad cómo si no hubiese pasado nada en lo absoluto, ni siquiera esos pocos escombros que suelen dejar los accidentes. Le pregunté al taxista si vio o escuchó algo relacionado al accidente pero dijo que no. Déjate ya de paranoias John, bueno solo me posé en la ventana y disfruté del viaje soñando despierto.
Llegué a mi casa me tiré al sillón y escogí una buena película clásica de terror, ese día escogí una gran película de zombis, claro que son mis personajes del terror preferidos, desde joven que los conozco y siempre imaginaba lo genial que sería si llegase a pasar una catástrofe así, sería divertido.
Me ordené una pizza y posteriormente me puse a disfrutar de mi película, al término de mi película decidí ver otra, hasta el punto de perder la noción del tiempo por completo, esa noche comí demasiada pizza, palomitas de maíz y refresco. Al darme cuenta de la hora eran ya las 3 a.m.


-¡Diablos es demasiado tarde mañana no podré despertarme!- Grité un tanto frustrado.
-¡Ya que!


Terminé de ver la película y me fui a la cama.

sábado, 18 de agosto de 2012

CAPITULO 4 La pesadilla



CAPITULO 4
La pesadilla

Tan solo toqué la cama y caí en un profundo y pesado sueño.
A la mañana siguiente increíblemente lo que me despertó fue:



-¡John! Despierta hombre vamos que nos tenemos que ir- Mientras me daba palmadas en el rostro para despertarme.

-¡Ya voy hombre! Diablos que noche de maratón amigo- decía todo modorro y desorientado.

-¡Vístete rápido! Ponte algo lo que sea que nos tenemos que ir no hay tiempo de explicar- Me lo decía con una cara tan preocupante pero en el momento le tomé de broma.-.

-Ya voy, aguanta, ¿Qué, tan tarde es?

-¡Vamos no hay tiempo John! –Me tomó del brazo pero me le zafé, pero él aun así siguió adelante abrió la puerta y rápido se metió al coche.
Yo sin comprender aun, me subí pero poco antes miré a la señora Resnov mientras me decía adiós con la mano y esa dulce sonrisa de cada mañana, me despedí de ella mientras Carl aceleraba.
-Y dime, ¿Qué pasa, es el trabajo?

-Eso quisiera yo, en realidad no tengo idea pero he visto que policías y unidades del ejercito han empezado a evacuar la ciudad, como no llegabas a trabajar pensé que te habrías quedado dormido o ya te habían evacuado. Así que mejor vine antes de que las autoridades no me lo permitiesen, ¿a dejarlo a la suerte? mejor vine por mi amigo.
-Gracias Carl, te debo una en serio, ¡Mira!-Entonces ambos volteamos:

Había personas desesperadas por huir. Algunos traían todas sus pertenencias, se golpeaban entre ellos al tiempo también se afanaban unos a los otros y algunos más robándose las pertenencias ajenas, por donde había tiendas estas eran saqueadas. Una anarquía, un caos total, el colapso de la sociedad contemplada por mis propios ojos.
Una chica corría  siendo perseguida por un sujeto de aspecto grotesco entonces la chica fue arrollada por un coche y al caer sobre la acera su persecutor empezó a morderla desesperadamente. Eso fue lo más bizarro que jamás había visto, aun muy lejos de las películas mas sangrientas jamás vistas.



-¡¿Viste eso hermano?!-Ni siquiera podía creerlo aunque lo haya visto con mis propios ojos-.

-No puedo creerlo, tenemos que salir de este pozo sujétate ponte el cinturón John –aceleró lo más que pudo.



En un momento llegamos hasta el centro y me acordé de Patricia al ver la veterinaria, pensé en decirle a Carl pero no creo que fuese necesario seguramente ella se cuidará de si misma.
Íbamos a una gran velocidad, en una esquina un sujeto se atravesó en nuestra dirección y Carl lo arrolló, no lo vio venir, sin embargo no paró. Al voltear hacia mi para ver cómo estábamos, se distrajo un poco, de manera dramática una camioneta más grande que nuestro coche apareció de la nada, impactandose con nosotros demasiado fuerte sobre el costado derecho. Nuestro coche salió disparado, mientras el mismo giraba en forma de barril fue un momento tan rápido pero tan suficiente lento cómo pensar:



-Esto es una pesadilla -Pensé mientras estábamos en el aire.


Entonces… desperté.

viernes, 17 de agosto de 2012

CAPITULO 5 Nostalgia


CAPITULO 5
Nostalgia


Todo está oscuro, al parecer es fue una pesadilla pero lo descarté al darme cuanta que estaba en el suelo y no en mi cama, no sabía donde estaba en realidad. Reaccioné traté de levantarme pero caí en el intento me sentía totalmente cansado, hambriento y sediento.

-¿Carl? ¿Cómo terminé aquí? ¿Donde estoy? Pensé al recobrar un poco de memoria.



Al parecer estaba en una esquina a mis pies sentía que topaba con algo pero no sabía que era, así que tomé mi celular de mi bolsillo lo encendí y al aluzar un poco me di cuenta de que el carro terminó en un edificio dado aquel choque. Miré a Carl estaba aún en su asiento, atrapado por el cinturón y de cabeza, válgame que ironía el no ponerme el cinturón me salvará la vida.

-¡Carl despierta! Mientras lo movía un poco con mi pie al intento de hacerle recobrar la conciencia

Carl empezó a abrir los ojos, pensé por un momento que gran alivio pero ocurrió lo último que podría haber imaginado, el empezó de comportarse de manera  agresiva, por más que lo quise tranquilizar no pude lograrlo. Tuve que hacerlo, espero y me perdonase a mi mismo pero no tenia elección, no podía arriesgarme quizás y el padecía lo mismo que aquellos sujetos frenéticos por las calles mientras huíamos, él se interponía en mi camino para salir de ese rincón.

Con pocas fuerzas que me tenía en ese momento tomé un trozo de metal, ese de aquellos restos, me agaché un poco y se lo clave en la parte donde está el cerebelo para darle una muerte más rápida indolora.
Aun no comprendo cómo pud hacer eso, acaso eso y más puede hacer ser un ser humano para sobrevivir, tan egoísta podemos ser, por que simplemente importamos solo nosotros mismos. Aquel ser que solo desea paz para el prójimo  es capaz de hacer cualquier cosa para el bien propio, llamémoslo “hipocresía del coexistir”
la verdadera cara de una persona se es revelada antes de su muerte.

Jamás imaginé asesinar a alguien, menos a mi mejor amigo.

Pero tuve que hacerlo, salí escabulléndome ya no sentía mis piernas estaba muy cansado necesitaba beber algo. En realidad no tenia idea de cuanto tiempo duré inconsciente, miré mi celular pero este ya se le había agotado la batería así que traté de deducir el lapso de tiempo frotándome mi barba y al parecer pasaron tres días, con razón estaba tan deshidratado.
A mi derecha estaba la salida bloqueada por escombros, deduje que el coche tumbó un pilar  lo que conllevó a un pequeño derrumbe lo suficiente cómo para bloquear la salida aunque había una abertura por la cual podía salir.
Ni loco saldré, por lo ya visto en las calles no creo que sean seguras, así que me sumergí dentro del edificio a encontrar un poco de comida y agua.

Así que era yo armado con un trozo de metal el cual esperaba no usar más.

jueves, 16 de agosto de 2012

CAPITULO 6 Hospedaje



CAPITULO 6
Hospedaje

No tengo tiempo para pensar en cómo llegar a casa o simplemente salir, tengo que recuperas fuerzas pero para ello tengo que buscar comida y agua. No parece seguro aunque no he visto nada peligroso aun así no saldré tengo que ser precavido mi vida está en juego y veo que ya está oscureciendo.

Me adentraré en el edificio lo cual parece que en este piso es alguna especie de tienda según veo un mostrador. Mientras entro a la tienda busco algo de comida o beber pero no encuentro absolutamente nada, todo lo han saqueado, al parecer detrás de esa puerta entro a un departamento veré que encuentro.

Abro la puerta y con ella un gran silencio y oscuridad, espero encontrar un interruptor, caminos hacía adelante y percibo un hedor horrendo, olor cómo a podrido. Espero y no sea un cadáver o algo así por el estilo. Deslizo mi mano sobre la pared pero no doy con nada, arriba y hacia abajo barriendo por completo cada espacio vertical, arrastrando los pies lentamente para no tropezar y caer con algo.

Finalmente me topo con lo que parece un interruptor, antes de encender la luz tomo un gran suspiro y dando apretujones a mi improvisada arma por si algo me esperase en esa penumbra. No había nada solo una sala vacía, tomé una silla y la atasqué en la puerta para darme una pequeña trinchera con este departamento.

Llegó a la cocina y solo había carne podrida cómo que los que residían en esa casa dejaron la preparación de sus alimentos a medias. Mejor busco una bolsa para meter este apeste y neutralizarla.

Por fin el refrigerador, no era tanto cómo yo esperé, solo una jarra con agua de aproximadamente 2lt. Y nada de comida. ¡La alacena! Siempre tiene que haber algo allí y así es, 5 latas de atún pero son mejor que nada.

Tendré que quedarme aquí y administrar esta comida para darle máximo provecho, tengo que recuperarme antes de salir. Tan concentrado estaba en recuperarme sobre mi falta de líquidos y alimentos que olvidé mis heridas físicas, tenía una abertura en mi cabeza y dos dedos fracturados los cuales ya ni siquiera sentía por mi principal preocupación. En seguida tuve que colocar mis dedos en su lugar correspondiente, por fin usé ese curso de primeros auxilios que nos dio la empresa hace años.
En el baño tiene que haber algo, un botiquín algo tiene que haber. Pero solo encontré toallas por lo menos eso usé de vendaje para mi laceración.

Me dirigía hacia la habitación y la registré pero no encontré nada útil, mas que solo una mochila un cuaderno y una pluma.

Así que por lo pronto pasaré aquí hasta que se agoten mis recursos o algo más suceda.

miércoles, 15 de agosto de 2012

CAPITULO 7 ¿Camaradas?


CAPITULO 7
¿Camaradas?

Diez, diez días en este departamento sobreviviendo a base de comida enlatada, a base de atún y agua en pocas porciones. El tiempo ha pasado tan lento. No me he atrevido a salir para nada, no se siquiera que esta pasando ahí afuera, se habrá acabado el mundo, pero la pregunta en si es ¿Qué acabó con el mundo? Los militares siquiera han actuado, ¿terrorismo? ¿Guerras? ¿Pandemia?

Diez días sin ni siquiera abrir la boca, no hay con quien charlar, solo me tengo a mi mismo, solo me queda pensar y hablar conmigo en mi mente, para pasar el tiempo me he pasado dibujando y leyendo unas revistas que encontré en el closet. Solo me queda media lata de atún y nada de agua, tendré que salir de este pozo muy pronto, pero no ahora, en este momento ya empieza a oscurecer quizás mañana temprano, cuando se supone que será más seguro salir a la calle.

A veces en ciertas ocasiones escucho personas al otro lado de la puerta, pero eso ha ido sucediendo en estos últimos días, es mi imaginación estoy enloqueciendo tengo que mantenerme cuerdo. Tengo que salir de aquí no duraré mucho más tiempo aun sigo un poco deshidratado, espero abrir esa puerta y encontrarme al mundo que había hace un mes.

Mi familia, estoy muy lejos de mi familia, mi padre que murió hace 10 años y mi madre que murió por depresión a los tres años después que mi padre, no tengo nada, soy solo hijo único, no tengo hijos o esposa, nada por que luchar solo por mi y nada más.

Este departamento tan vació se ha convertido mi salvación pero también mi prisión, por lo menos todavía hay agua circulando por las tuberías, por lo menos hay luz eléctrica lastima que se hayan robado la televisión así que no estoy enterado de nada ¿Qué podría haber pasado? No puedo ya ni conmigo mismo mi cabeza gira y gira en esta habitación buscando respuestas en el aire.

La señora Resnov, que habrá sido de ella, seguramente y está muerta si tan solo hubiese llevado conmigo y Carl retrasado un poco nuestro recorrido hubiésemos escapado del choque y así los tres estuviéramos vivos y no solo yo, la señora hubiera sido nuestra salvación pero él hubiera no existe.

Tengo que ir a dormir ahora mismo, tengo que dejar de pensar por tan solo un momento, ir en contra de mi instinto que me convierte en humano: “El descubrir y explicarme que es lo que pasa a mi alrededor”. Tengo que ir en contra de ese instinto, tengo que descansar, mañana será un nuevo día.

Voy a por ese entonces mi cuarto sujetando ese trozo de metal cómo arma improvisada y sujetarme de el mismo mientras duermo para que en cualquier circunstancia pueda protegerme de cualquier amenaza que me aseche mientras duermo, en ciertas ocasiones me he despertado tirando golpes muy agitado al ser despertado por algún sonido o pesadilla. Cada día que paso aquí me hace perder mi cordura. Por ahora mi peor enemigo además del hambre es mi mente que no deja de hacer preguntas y la paranoia que desata.
Hoy un nuevo día por la mañana al mismo amanecer he abierto mis ojos, procediendo a consumir mi última mitad de lata de atún. Alisto mi mochila con mi cuaderno, mi pluma y el metal que llevaré sujetando con una mano en mi nueva “Aventura por sobrevivir”. Hoy dejo atrás este amargo departamento lleno de dudas y es hora de abrir esa puerta y las misteriosas cosas que me aguardan.

Retiro aquella silla que me servía para atrancar la puerta con suma cautela cómo si algo me esperase afuera y yo no quisiera que me viera. Cuento en mi hasta tres y abro la puerta listo para atacar, rápida y silenciosamente abro la puerta y solo veo un bulto allá a la esquina, voltea hacía a mi y me llega un reflejo desde sus ojos que me deja paralizado, sujeto mi arma, me aferro a ella, eso no deja de mirarme hago una finta, eso se sale corriendo por el hoyo que había entre los escombros mientras se mueve alcanzo ver mediante un haz de luz proveniente del exterior era un mapache.

Hijo de perra, que susto me ha dado, exhalo y es tiempo de seguir avanzando. Tengo que ir hacía las escaleras primero echaré un vistazo desde la azotea, es mejor un reconocimiento antes de salir a las calles, mi edificio consta de 7 pisos, no sería bueno usar un elevador más de una semana sin uso y falta de mantenimiento sin mencionar el ruido, pues son de esos viejos y obsoletos. Tengo que seguir hacia arriba por medio de las escaleras, es lo mas discreto y seguro que tengo disponible por ahora. Ya arriba un día parcialmente nublado es lo primero que alcanzo a percibir pero al ver más allá donde los demás edificios y calles se podían “distinguir” no puedo creer lo que veo. Muchos pequeños edificios y casa cubierto con mantas amarillas, todos los coches parados papeles, tierra, basura, personas extendidos por todas las calles, camiones de basuras con bolsas para cadáveres, todo tan imposible, cómo si lo hubiesen extraído de aquellas películas sobre pandemias. Es imposible, esto es imposible, ¿Y el ejercito? Pensé, ¿cómo ellos no pudieron detener esto?, en este momento desearía haber muerto en el coche pero por ahora tengo que buscar la forma de salir de aquí.

Tengo que bajar, mientras bajo las escaleras mi mente empezó a dar vuelta en un baño de preguntas, ¿habrá más sobrevivientes cómo yo? ¿Será solo Great Hills? ¿Qué lo causó? ¿El ejercito? ¿Mis amigos? Cómo si pudiese escapar de las dudas empecé a bajar las escaleras más rápidamente.
En el segundo piso escuché personas, cómo si hablasen por radio aunque no entiendo que dicen pienso en establecer comunicación, en el pasillo se alcanza a apreciar la luz de una linterna doblando la esquina, esa luz da directamente en mi cara segándome por completo, al instante asimilo que posiblemente tenga un arma, lo mejor es actuar prudentemente y acatar sus ordenes, ahora mismo soy vulnerable y a su merced.

-¡No te muevas, mantén las manos donde las pueda ver!- Con una estruendosa voz con suma autoridad-.

-Estoy bien, estoy bien no haré nada, no dispares soltaré esto- Solté entonces aquel metal que hacia sentir un poco más protegido-.
Mientras que esa luz se acerca, escucho más voces que vienen atrás pero no les presto atención, me concentro en estar callado y atento en el sujeto de la luz, al tenerlo aún más cerca pregunté.
¿Son el ejército?- Con ambos ojos cerrados, ya no podía con la intensidad de la luz-.

-Si- Contestó.

-Entonces ¿Qué esta pasando?- Dije con voz alta y confundido-.

El sujeto solo se acercó y me dio un golpe con el tronco de su rifle el cual me dejó inconsciente al instante.